Repensar la tecnología para salvar el planeta: ¿se puede?
"El hombre y su seguridad deben ser la primera preocupación de cualquier aventura tecnológica", apuntó el gran Albert Einstein en su momento. Si el problema de la amenaza nuclear parece momentáneamente distante (al menos en el status quo), la tecnología, en todas sus formas y sus consecuencias, constituye una amenaza cada vez más precisa para el hombre y su planeta. ¿Se puede reformar la alta tecnología para satisfacer las expectativas ecológicas?
Tecnología y ecología: conceptos adaptados a los tiempos
No cuestionaremos vuestra inteligencia ni vuestra cultura, ciertamente conocéis el significado de estas palabras. Es interesante notar, sin embargo, que los conceptos detrás de estos términos han evolucionado para adaptarse a la sociedad.
El término tecnología proviene del griego "téchnē" que se refiere al arte, la artesanía, la capacidad de hacer algo, a lo que se añade el sufijo -logía que proviene del latín (y griego -logia) que significa estudio. Larousse, propone varias definiciones, la más noble de las cuales es ésta: "Un conjunto coherente de conocimientos y prácticas en un campo técnico determinado, basado en principios científicos". A este concepto de tecnología se añadió rápidamente un elemento que no encontramos en el sentido original: la explotación de la tecnología con fines comerciales. Así que, cuando hablamos de tecnología, podemos hablar tanto de un producto como de un mercado....
La ecología proviene del griego "oikos" que representa la casa, y una vez más del sufijo "logia". Es, por lo tanto, el estudio del entorno en el que vivimos. El diccionario Larousse lo define de la siguiente manera: "Ciencia preocupada por las relaciones de los seres vivos (animales, plantas, microorganismos) con su entorno, así como con otros seres vivos". Es interesante observar el uso de la palabra ciencia. En efecto, la ecología es inicialmente una ciencia, está lejos de ser nueva, pero el sentido que le damos a esta palabra también se ha expandido, hasta tal punto que la ecología se asocia a menudo con la política.
"La ciencia es lo que el padre le enseña a su hijo. La tecnología es lo que el hijo le enseña a su padre." Esta cita del famoso filósofo Michel Serres pone de relieve (y no sin humor) un elemento importante: el papel de los "jóvenes" en la tecnología. Es omnipresente en su universo, mucho más que en el de las generaciones de sus padres y abuelos. Prácticamente ha sacudido a las generaciones más jóvenes desde su primera infancia. Mientras que sociólogos como Jacques Ellul han destacado el lado peligroso que puede representar la tecnología: los jóvenes dependen cada vez más de ella. Dicho esto, también dependen de su medio ambiente y todo el problema está ahí: su preciosa tecnología no está en armonía con el medio ambiente. En otras palabras, es esencial encontrar un terreno común entre la tecnología y la ecología.
¿Cómo influye la tecnología en el medio ambiente?
Tanto si se trata de un problema de interacción directa con los agentes medioambientales (por ejemplo, el estrés de utilizar cámaras en las aves) como de problemas en la gestión de materiales (smartphones encendidos o servidores permanentemente conectados), la tecnología desempeña un papel importante en el medio ambiente. Afortunadamente, la conciencia ecológica ha progresado y está ganando terreno en nuevos territorios como la industria, que ahora trata de limitar o reducir su impacto sobre el medio ambiente.
En un momento en que la importancia de la tecnología se está convirtiendo en un tema de interés para los sociólogos, en que los psicólogos están viendo la llegada de los nomófobos y surgen interrogantes sobre el efecto de las ondas el cuerpo humano, ¿cómo abordar estos temas? El fanatismo hacia la tecnología ("todo lo nuevo es bueno") ciega a muchos usuarios, especialmente a los más dependientes, y las críticas son rechazadas. Otros, en cambio, se centran en los aspectos negativos y casi anhelan la época en la que ni siquiera había electricidad, impulsados por la lógica del "todo pasado fue mejor". Afortunadamente, no todos se reparten entre los híper-conectados/híper-alienados y los ultraconservadores reaccionarios.
Es importante examinar críticamente la aparición de todas estas nuevas tecnologías, que se presentan (quizás con razón) como soluciones ecológicas. Utilizamos deliberadamente el término "solución", que obviamente es una respuesta a un problema, o más precisamente a los problemas: el reciclaje es un problema, la contaminación es un problema, la producción exacerbada de dispositivos es un problema, hasta el desarrollo de algunos componentes supone un problema. Por ejemplo, la producción de litio: un material valioso para nuestras baterías, pero con un visible impacto negativo en el medio ambiente.
La partida no está perdida
Es difícil convencer a la gente de que sea eco-responsable, como cualquier activista ambiental sabe. Las cosas no son diferentes con la tecnología: ¿quién de nosotros compra un smartphone reciclado en lugar de uno nuevo? ¿Quién se pregunta qué hacer con su viejo teléfono inteligente en lugar de tirarlo a la basura?
Por supuesto, los usuarios deben reconsiderar su uso de la tecnología, pero sería demasiado fácil culparles de todo: las empresas no solo tienen el deber de hacer lo mismo, sino que también deben ser tan innovadoras como dicen que son al proponer mejoras en este campo. Por ejemplo, desarrollar un sistema de baterías que no esté basado en el litio, que tenga un modo de producción más limpio y que evite que el usuario tenga que consumir energía todos los días.
El uso de la baja tecnología (o low tech) también es una solución interesante en los casos en que puede sustituir a la alta tecnología. Bajo es lo opuesto a alto, por lo que el término baja tecnología se opone diametralmente al de alta tecnología. En la práctica, se trata de varias técnicas sencillas pero ingeniosas, que se llevan a cabo desde una perspectiva ecológica, es decir, basadas en elementos naturales o reciclados, a diferencia de la alta tecnología, que a menudo implica el uso de materiales contaminantes o difíciles de encontrar. Tened en cuenta que este término no debe confundirse con green tech, que es alta tecnología pero con el objetivo de mejorar el medio ambiente.
En resumen, la tecnología debe estar a la altura de los tiempos e introducir medidas respetuosas con el medio ambiente. Esto es paradójico, porque la propia naturaleza de la tecnología, y más particularmente de la alta tecnología, se opone a la protección del medio ambiente de muchas maneras, siendo quizás la más obvia la producción y la falta de reciclaje de los equipos. La mentalidad moderna, así como las normas gubernamentales y europeas, implican ciertas reglas, que están lejos de ser suficiente. Las empresas deben hacer un esfuerzo mucho mayor, al igual que los consumidores.
¿Creéis que las empresas de tecnología están haciendo un esfuerzo suficiente en términos de ecología o, por el contrario, que su interés por el consumista es un problema en sí mismo? ¡Dadnos vuestra opinión en los comentarios!