Síndrome de Diógenes digital: mejor tener y no necesitar que al revés
Están por todas partes. Pero, aunque prestéis atención, os costará reconocerles porque no difieren mucho de los usuarios normales. Hablo de los acaparadores compulsivos. ¿De qué se trata? Os lo explicaré con el principio básico que rige sus vidas: el lema "mejor tener y no necesitar, que necesitar y no tener".
Y ya va siendo hora de confesarme: yo también sufro del síndrome de Diógenes digital. Siempre estoy llenando el móvil de apps y me es muy difícil deshacerme de ellas. Tengo casi 300 apps instaladas, por supuesto incluyendo las apps preinstaladas de mi smartphone Pixel. Mi adicción a las aplicaciones tiene causas diversas.
En primer lugar hay un pensamiento que considero muy racional: prefiero tener una aplicación instalada, aunque solo la necesite una vez al año, en lugar de no tenerla instalada en el momento en que la necesito. Es cierto que, normalmente, las aplicaciones se pueden descargar rápidamente desde el Play Store, pero muchas veces la conexión es mala o ni siquiera funciona, algo que casi siempre sucede cuando uno necesita una app muy específica.
Algunos de mis ejemplos más típicos son apps como Mealy, después de todo, siempre es buen momento para mirar alguna buena receta, o la aplicación de Car2Go. Esta última app no la he usado en mucho tiempo, pero ¿qué pasa si llega el momento y necesito un coche de alquiler? Pues en ese caso, estaré preparado.
Siempre hay algo nuevo
Otra de las razones por la que mi colección sigue creciendo es mi necesidad interna de tener siempre algo nuevo en el móvil. Casi todos los días, instalo una nueva aplicación para probarla, y por lo general, si no me gusta consigo deshacerme de ella rápidamente. Pero también están las aplicaciones, que aunque no me gusten mucho, están muy bien hechas y me cuesta más sacarlas del cajón.
Y claro, están los innumerables juegos que me han entretenido durante unos pocos minutos o hasta una o dos horas. Después los busco ocasionalmente, unas pocas veces al año.
Tengo que decir que los 32 GB de mi primer Pixel me mantuvieron a raya. Es la memoria interna cada vez mayor de los dispositivos actuales la que da rienda suelta a este frenesí coleccionista. Esa puede ser la razón por la que evito los smartphones con mucho espacio de almacenamiento, que muchos usuarios prefieren. Después de todo, he logrado adquirir el hábito de hacer una limpieza de primavera para deshacerme de las apps que no uso nunca.
¿Y vosotros cómo lo veis? ¿Preferís tener la aplicación adecuada para cada situación en vuestro smartphone o coleccionáis aplicaciones que nunca usáis? Contadnos vuestra experiencia en los comentarios.
Nota: el síndrome de acaparador compulsivo es un trastorno obsesivo-compulsivo, que puede ser causado por un trastorno mental y no debe ser ridiculizado de ninguna manera. Los afectados están invitados a buscar ayuda profesional.
Estaba esperando algún comentario comentando la gilipollez de artículo que no ofrece nada nuevo y es todo relleno
Seguramente haya personas que tengan el mismo "problema" y no sean conscientes de ello. Por lo que este artículo puede servir para que se den cuenta de su situacion, pero también a los que estén empezando a acumular apps les sirve como una advertencia de lo que va a venir si siguen acaparando.