Por este smartphone cambiaría mi iPhone 6 Plus

Primero os contaré por qué hace un año y medio compré un iPhone 6 Plus. En primer lugar, soy un usuario de iOS de largo plazo y puede que esta fuese la razón primordial. Por otro lado, la pantalla más grande con resolución Full HD en aquel entonces era una gran novedad en Apple. 

El amor por mi iPhone 6 Plus me ha durado hasta el Mobile World Congress 2016 de Barcelona. La causa de esta ruptura con mi viejo amor tiene un nombre: Samsung Galaxy S7 Edge. La versión del Galaxy S7 con los bordes curvados ha conseguido encapricharme al primer vistazo por su aspecto y apariencia muy atractiva. La joroba  que tenía la cámara en el S6 se ha reducido hasta un nivel con el que, personalmente, puedo vivir. Otro punto fuerte es su rendimiento. 

Por otra parte, Samsung ha logrado incorporar en Galaxy S7 una pantalla de 5,5 pulgadas en un cuerpo más estrecho, por lo que puedo usar el dispositivo fácilmente con una mano. Un hecho que yo, como padre primerizo, considero como muy positivo. Con mi hijo en un brazo, mi smartphone debe ser fácil de usar con una mano, o de lo contrario puede terminar en desastre. 

Otra de las características con las que el Galaxy S7 Edge deja en vergüenza a mi iPhone 6 Plus es la certificación IP68. No quiero ser pesado, pero para un padre tener un smartphone resistente a líquidos puede ser crucial. Mi hijo está en esa edad en la que todo pasa por su boca antes de darle el visto bueno, y estoy seguro que también va a querer probar el nuevo smartphone de papá. El Galaxy S7 Edge sobrevive tanto a los ataques de babas como a una inmersión accidental en la bañera.

Sobre el rendimiento del hardware, su gran pantalla y también la exquisita cámara no necesito hablar porque aquí mi colega Sergio Colado lo explica todo detalladamente en su análisis del S7 Edge, por lo que sólo me queda asentir con la cabeza. 

No creas que solo quiero cambiar de smartphone porque mi vida familiar haya cambiado. También tiene características que hacen las delicias de mis propias pasiones. El Game Manager de Samsung es una de esas funciones. Nunca ha sido tan sencillo tomar un pantallazo o grabar una partida como en el S7. También está la opción de desactivar las notificaciones para que no te molesten mientras juegas y bloquear los botones capacitivos para que no lo pulses sin querer. Me parece sencillamente genial y todavía no entiendo por qué a nadie se le había ocurrido todavía. 

A pesar de flechazo con el Galaxy S7 Edge, hay algunos puntos que tengo que criticar. El altavoz principal no tiene un sonido y colocación del todo óptimos. La parte trasera de cristal es muy resbaladiza y un imán para las huellas de tus dedos. Pero estas pequeñas críticas negativas no ensombrecen las ventajas del Galaxy S7 Edge. 

Como punto final hay algo que echo de menos en el Galaxy S7 y es la posibilidad de transferir todas mis aplicaciones de iOS que tengo compradas a Android. Pero esto no está en las manos de Samsung, depende mucho de quien desarrollo la aplicación, pero Google si que podría echar una mano. Por el momento es posible hacer un cambio en las aplicaciones de Google adquiridas en iOS para poder disfrutarlas sin volver a pagar. Como es el caso de Google Play Music.

No es sólo un punto, echo de menos el borde Galaxy S7: la capacidad de transferir todas mis aplicaciones de iOS ya compradas en Android. Pero eso no está en las manos de Samsung, pero en las de Google. Sería deseable que Google podría hacer posible la acción adquirida bajo aplicaciones de iOS para Android. Eso sería acelerar mi cambio de la actual iPhone 6 Plus para Galaxy S7 Edge. Lo mismo con Play Music. Así podría escuchar mi música sin tener que comprar todo de nuevo.

Le voy a dar un poco más de tiempo a Google a ver si lo logra. Mientras, voy a quedarme con el iPhone 6 Plus antes de decirle adiós por un Galaxy S7 Edge.