Marshmallow ya está en el 10% de los dispositivos Android

Ocho meses han pasado desde que Android Marshmallow viera la luz y solo un 10% de los dispositivos cuenta a día de hoy con esta versión del sistema operativo. La versión anterior, Lollipop, no es tampoco un ejemplo de velocidad, un año después de su lanzamiento, solo un 18% de los terminales contaban con la actualización y a día de hoy esta versión se encuentra en el 35,4% de los smartphones.

Probablemente la distribución de Marshmallow se incremente en los próximos meses, por un lado gracias a los nuevos dispositivos que corren Android 6.0 de serie y, por otro, por la continua actualización de Marshmallow a los teléfonos ya existentes. Las predicciones apuntan a que en verano la cifra de dispositivos con Android Marsmallow sea del 15%. Sigue sin ser una perspectiva muy prometedora. Esto es la lógica consecuencia de la forma en la que está concebido el sistema operativo Android  y que es su seña de identidad: la heterogeneidad, la libertad que tiene un fabricante de modelar un sistema operativo a su gusto. Es casi como hacer un traje a medida, pero claro, el problema de los trajes a medida es que no le van a quedar bien a todo el mundo y es ahí cuando viene el problema, cuando todos quieren vestir a la última pero no todos dan el tipo. 

¿Quién tiene que poner remedio a eso? y, sobre todo, ¿hay un remedio?

Lo que ha empezado a hacer Google para intentar poner puertas al campo es crear una lista, un ranking en el que aparecen los fabricantes que más tardan en actualizar a las nuevas versiones. Se trata de una medida de presión que pone en entredicho la seriedad de estos fabricantes. Es una manera velada de acusarlos de no preocuparse por la seguridad de los usuarios. Esta lista todavía no es pública pero en el momento en que se publique o se filtre va a levantar ampollas, de eso estoy segura.

Los fabricantes también tiene que tomar responsabilidad. Para que una actualización funcione esta se ha de trabajar individualmente con cada modelo de smartphone. Si una empresa lanza sesenta modelos tardará más en llevar a cabo las actualizaciones que si saca diez. Pero la tendencia actual es la de sacar un smartphone nuevo casi cada mes, un claro ejemplo de esto es Xiaomi, que fabrica smartphones como churros, y dios sabe cuándo actualizarán sus terminales. Quizá es mejor no abarrotar el mercado de teléfonos y asegurarse de que los que hay van a ser seguros durante más tiempo. Llamadme loca.

Acabar con la fragmentación es complicado, ¿qué posibilidades hay de actualizar a un ritmo similar los millones de diferentes modelos de smartphones que hay?

Y luego estamos nosotros, los usuarios. Parece que nos importa un pimiento la seguridad y que no somos conscientes de lo necesarias que son las actualizaciones en este sentido. Deberíamos prestar más atención a las actualizaciones, tal y como hacemos con nuestro ordenador, y a la hora de comprar un smartphone tener en cuenta la política de actualizaciones del fabricante de igual modo que nos fijamos en sus especificaciones. 

Acabar con la fragmentación es complicado: ¿qué posibilidades hay de actualizar a un ritmo similar los millones de diferentes modelos de smartphones que hay? Solo con pensar en el número de fabricantes y de modelos de cada uno de ellos da vértigo. Ya me gustaría ver a los de la manzana actualizando tal cantidad de dispositivos.

El fin de la fragmentación no parece estar cerca, a la luz de las cifras del informe mensual de Android. Es un trabajo lento pero continuo en el que han de involucrarse fabricantes, desarrolladores y también los usuarios que tienen derecho a reclamar seguridad.