El marketing que rodea a la IA se nos ha ido de las manos

La razón es simple. La IA se ha convertido en una palabra de moda. Es una etiqueta para pegar en el costado de una caja, algo sobre lo que hablar en una conferencia de prensa, para mencionar en entrevistas. Como palabra de moda que es, todos quieren usarla, sea de la manera que sea. 

El problema es que, como periodistas, intentamos escribir sobre inteligencia artificial y verdadero aprendizaje automático de una manera que dé a nuestros lectores una visión de la tecnología del futuro. Queremos hablar de lo que la IA está haciendo ahora, a dónde va todo esto y en qué podría convertirse. Las aplicaciones que tiene en diversos campos, tanto hoy como mañana.

Sin embargo, cubrir la IA se está convirtiendo en una experiencia cada vez más frustrante para mí personalmente. No es porque no me entusiasme la tecnología o las aplicaciones e innovaciones que puede aportar a nuestra vida diaria, sino por el sinsentido que conlleva.

Tenemos IA en nuestras aplicaciones y páginas web, IA en nuestros smartphones e IA en nuestros hogares en forma de asistentes de voz digitales y pantallas inteligentes. Tenemos IA en nuestras derrotarnos en nuestros propios videojuegos. Tenemos inteligencia artificial para decirnos qué ver y qué comprar.

El problema es que sólo algunos de los anteriores están utilizando lo que consideraríamos inteligencia artificial. Algunas de ellas son sólo consultas programadas sobre grandes conjuntos de datos.

La inteligencia artificial es, hoy en día, un juego multimillonario y todo el mundo quiere participar. Según una encuesta reciente de MMC, una empresa de capital riesgo londinense, el 40 por ciento de las nuevas empresas europeas que se clasifican a sí mismas como empresas de inteligencia artificial no utilizan la inteligencia artificial de una manera que sea "material" para su negocio. David Kelnar, jefe del informe, dijo a Forbes: "Las compañías que la gente asume y piensa que son compañías de inteligencia artificial probablemente no lo son".

Pero, ¿por qué? ¿Una palabra de moda vale tanto en los negocios? Aparentemente, sí. El informe también encontró que las nuevas empresas que afirman trabajar con IA atraen entre un 15 y un 50 por ciento más de financiación en comparación con las empresas que no lo hacen. Por supuesto, los periodistas como nosotros también somos culpables de alimentar todo esto. Si tú fueras el fundador o CEO de una start-up, ¿eliminarías un concepto erróneo si eso significa una reducción del 50 por ciento en tu potencial de financiamiento?

Inteligencia artificial es un término amplio. Cuando hablamos de IA estamos hablando de aprendizaje automático o machine learning. La diferencia entre esto y un algoritmo es que la IA es capaz de realizar tareas difíciles de forma más efectiva a lo largo del tiempo mediante el aprendizaje o la formación. El aprendizaje profundo o deep learning, que es un subconjunto del aprendizaje automático, emula la forma en que el cerebro de los animales aprende tareas sutiles. Es lo más parecido a un cerebro computarizado que tenemos. Un algoritmo sigue un conjunto de reglas para producir el resultado deseado. Así que no podemos seguir permitiendo que los vendedores etiqueten estas cosas como iguales.

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Espero que la IA transfome de manera positiva a muchos sectores, desde la sanidad hasta la agricultura y la industria manufacturera. La inteligencia artificial en la industria automotriz va a transformar la forma en que viajamos. Va a cambiar el funcionamiento de las industrias de seguridad y la forma en que vigilamos nuestras sociedades, para bien o para mal. También podría cambiar los conflictos y la guerra. Cambiará la forma en que aprendemos y cómo trabajamos.

Mejor dejar de lado todas estas tonterías del marketing y parar de alimentar el hype, ¿no?