La obsesión de Google por comprar compañías

Su último intento, Telegram... o no

Hace unos días se filtró la noticia de que Google intentó comprar Telegram, una aplicación de mesajería instantánea bastante infravalorada, por nada menos que 1000 millones de dólares. Pocas horas después se desmintió sin dar muchas explicaciones, simplemente dando a entender que jamás hubo tal intención. Suena a lo típico en muchos negocios en los que una parte quiere comprar otra pero, por falta de acuerdo, fracasa y el comprador no admite su intento.

En caso de que este intento se haya producido, podría sonar a una respuesta de Google a la compra de Whatsapp por parte de Facebook, porque nuestro amigo Zucky, aparte de tener dinero suficiente para llenar un lago de billetes y nadar en él, también tenía muchas ganas de compartir la vida... de cualquiera que no sea él mismo. Con esto en mente, el jefazo de Facebook se hizo amigo de Whatsapp y lo compró a precio de amigo.

Google pretendería hacer algo similar: hacer la pelota a Telegram del mismo modo que Smithers se la hace al Señor Burns y un día, de buenas a primeras, decirle "Telegram, llevamos mucho siendo amigos, hemos compartido secretos de seguridad, hemos compartido toda clase de archivos, hemos usado juntos mensajes que se autodestruían, y siento que eres parte de mi corazón de buscador. ¿Quieres que te compre y ser parte de mí para siempre?"

Entonces Telegram dijo "Ni de broma", con lo que Google se quedó triste y sin app de mensajería que comprar.Un tecnopaparazzi que pasaba por ahí preguntó a Google si se sentía traicionado por Telegram, a lo que el buscador respondió que nunca hubo intención de compra. Luego se dio la vuelta y se marcho llorando de vuelta a Mountain View.

Muchos conocemos a Google como el comprador compulsivo

Google gana un montón de dinero a golpe de anuncios en las diferentes páginas web, bastante más que con la venta de smartphones, y en ocasiones sus arcas están tan condenadamante llenas que para deshacerse de un puñado de billetes le apetece salir de compras. El concepto rebajas no está hecho para la gran G, que le importa un pepino el precio de la compañía.

Una de las compañías que ha comprado, y siguen siendo de su propiedad, es YouTube, la archifamosa plataforma de vídeos online. Esta compra se produjo allá por 2006 y pagó nada menos 1.300 millones de euros. Está claro que en poco menos de 10 años Google ya ha sacado rentabilidad a la compra, y difícilmente se deshará de ella. Son un matrimonio que durará para siempre, o hasta que a Facebook le queme el dinero y pague diez veces más.

Pero no es la única compra sonada que llevó a cabo, unos cinco o seis años después decidió comprar Motorola, que había desaparecido casi del todo de Europa. Este matrimonio tardó en dar sus frutos, momento en el que el primero Moto X, en 2013, vio la luz con una serie de características innovadoras a pesar de tener un hardware ligeramente inferior.

Pero el hijo que tuvo más éxito fue el primer Moto G, uno de los grandes clásicos que formará parte de la historia tecnológica para siempre como el revolucionario de la gama media. Desgraciadamente Google se gastó tanto dinero en intentar hacer a Motorola una compañía rentable que no le quedó más remedio que vender al fabricante norteamericano para recuperar parte de su inversión.

Fue Lenovo, que pasaba por allí, leyendo cotilleos (de tecnología, obviamente), la compañía que compró Motorola por 2.910 millones de dólares, una cantidad muy inferior a los 12.500 millones que Google había pagado. Una serie de desavenencias entre ambas compañías estadounidenses y el relativo poco éxito de sus terminales provocó este divorcio.

Ahora Lenovo ha hecho una serie de cambios en Motorola, empezando por eliminar la marca Motorola en los smartphones para pasar a conocerse como Moto by Lenovo (Moto para los amigos, que hay confianza). Google, por su parte, quedó aliviado porque su billetera ya no estaba rebosando de dinero y podía seguir buscando compañías que comprar.

¿Google = Alphabet?

Hace varios meses Google tomó una decisión: cambiarse nombre, en parte. Google sería manteniendo el nombre en aquellos aspectos en los que generaba dinero (básicamente de publicidad), mientras que pasaría a llamarse Alphabet como resultado de una reestructuración en la que estarían todas las compañías del grupo, incluida la propia Google.

Para no liarte más: Alphabet es la compañía que engloba a todas, entre las que está Google, que pasa a ser la compañía principal de Alphabet. Entre otras empresas se encuentran varias de I+D, que busca llevarnos al futuro. Varios de los altos ejecutivos de Google pasaron a comandar Alphabet como símbolo de que Google seguía controlando todo el cotarro, pero de una forma más organizada.

Alphabet contiene diversas compañías que investigan toda clase de posibles innovaciones, entre las que destacan la robótica (teniendo como uno de los objetivos que hagan trabajos que los humanos no podrían) y el de la inmortalidad (sí, la de las personas), que parece ciencia ficción, pero que se lo toman en serio.

Conclusión personal

Google adora salir de compras, es un hecho que se ha podido comprobar en los últimos años, en los que si buscabas un poco, casi cada año compraba, al menos, una empresa. El día de mañana, quién sabe, podría comprar Saturno o, algo más ambicioso aún, comprar compañías de retretes y cambiarle el nombre original para llamarlo Nexus Toilet. Sé de sobra que se te ocurren bromas al respecto, confiésalo.

¿Crees que Google está realmente obsesionado con la compra de compañías? ¿Cuál crees que será la siguiente?