Google Glass - Estrena actualización y vulneralización
Google Glass tienen su lado oscuro, algo que descubriremos a la larga cuando se comiencen a registrar casos de usuarios. Por ahora, solo se encuentran en manos de algunos afortunados, la gran mayoría desarrolladores. Según éstos, las gafas de Google han comenzado a recibir una actualización de software. Por otro lado, gracias a la liberación del código muchos hackers han tenido acceso a las gafas para descubrir una vulneralización.
Con la actualización llegan las notificaciones
Varios desarrolladores han comenzado a recibir una actualización de software, con nombre XE5, que trae consigo una serie de correciones, optimizaciones y otros cambios, como es habitual. El primero se corresponde con un cambio en la política de sincronización. Ahora las gafas de Google solo podrán subir datos en un segundo plano cuando estén conectadas tanto a una fuente de energía como a una red WiFi, esto es y para que quede claro, a las dos a la vez. Google se ha mostrado estricto con esto, aunque desconecemos el por qué. ¿Se os ocurre algo?
Puede que lo más importante es que con la actualización se han añadido las notificaciones de Google+, a través de las cuales se nos permitirá directamente compartir, comentar o hacer menciones; y también notificaciones de Hangouts entrantes.
La primera vulneralización de Google Glass
Al abrir el código de cualquier dispositivo se consigue que los hackers tengan acceso al interior del mismo y eso no siempre tiene por qué ser malo. De hecho, es hasta positivo, porque a lo que tiene acceso un hacker tienen acceso otros y así descubrimos vulnerabilidades o virus. En esta ocasión el genio y hacker blanco Jay Freeman ha descubierto que se puede acceder a otras gafas permitiendo que podamos ver lo que otros pueden ver.
El asunto no pinta muy bien. Según el señor Freeman también conocido como Saurik, se puede acceder al dispositivo de forma remota para luego tras los necesarios conocimientos de código se puede instalar un software que permite la grabación de imágenes y audio procedentes de las gafas en cuestión. Una vez más la tecnología abraza la privacidad.
De aquí extraigo un motivo más por el que las gafas de Google me siguen pareciendo un extraño dispositivo.
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