Deja en paz a Samsung. Te guste o no, sigue siendo el rey

Dejemos algo claro: Samsung no siempre ha estado acertado en sus decisiones. Además, el precio de sus teléfonos es excesivo y, en pleno 2015, parece no ser consciente de que el panorama del smartphone ha cambiado significativamente en los últimos cinco años. Ahora para ser líder se necesita algo más que una buena reputación.

Sin embargo, Samsung sigue haciendo muchas cosas bien. Es más, ha mejorado muchos aspectos que llevaba años haciendo mal. Puede que los últimos modelos que ha presentado hayan mostrado un cambio de rumbo en la empresa, y es inevitable que esto cabree a más de uno pero no todo es tan malo como muchos insisten en hacerlo ver.

El Samsung Galaxy Note 5 ha perdido parte de su esencia, pero ¿y lo bonito que es?

La sensación que he terminado teniendo del nuevo Samsung Galaxy Note 5 es la de un teléfono que se ha sometido a cirugía plástica y que, contra todo pronóstico, los resultados han terminado siendo mejores de lo que cualquiera esperaba. ¿Ha perdido parte de su esencia por el camino? Sin lugar a dudas. Eso sí, está más joven que que nunca.

Cierto es que este Note no trae memoria ampliable ni batería extraíble. También es verdad que por lo que cuesta no sería tanto pedir incluir ninguna de estas funciones. Y sí, por mucho empeño que haya, el Samsung Galaxy S6 Edge+ no podrá sustituir al Note.

Sin embargo, sé sincero: ¿has visto un Galaxy Note con mejor aspecto que este? Quien diga que el diseño no debería ser un factor importante al considerar qué teléfono comprar, necesita entender que el teléfono es el dispositivo que más veces al día vamos a usar, por lo que un poco de elegancia no es tanto pedir, y menos en un gadget de 800 €.

Pero apariencias aparte, pocos parecen aplaudir uno de los aspectos más destacables de este terminal: estamos ante el teléfono más potente del mundo. La combinación entre su increíble procesador y sus 4 GB de RAM ha reventado AnTuTu y superado todo récord alcanzado por cualquier smartphone hasta ahora. "¿Y esto qué me importa?" te preguntarás. Sencillamente, un terminal capaz de hacer funcionar aplicaciones que aún no se han inventado es un terminal que no estará desactualizado en tres años.

Al César lo que es del César

Cuando un fabricante alcanza el nivel de popularidad que tiene Samsung (considerablemente mayor, déjame decir, que cualquier otro fabricante del universo Android), no puede tomar decisiones que sean satisfactorias para todos sus clientes. Pon al Samsung Galaxy S6 frente al Samsung Galaxy S5. Se podría decir que uno es la antítesis del otro. Uno sacrifica funciones queridas por los clientes (microSD, batería extraíble) en favor del diseño, mientras que su predecesor presenta el caso contrario. Ambos teléfonos se convirtieron, indiscutiblemente, en dos de los mejores smartphones del año. Sin embargo, los dos decepcionaron a un gran número de usuarios.

Lo que quiero decir es que no cabe ninguna duda de que Samsung sigue creando algunas de las innovaciones más importantes en el mundo Android, así como fabricando algunos de los teléfonos más potentes que existen. Puede que sus gamas media y baja resulten insultantes, pero los resultados de sus buques insignia son inmejorables.

El mal que padece Samsung es el mismo que han tenido este año gamas como Moto G: cuando la reputación te precede, las expectativas de tus clientes terminan siendo poco razonables. Y cuando esto ocurre es imposible satisfacer a todo el mundo.

Lo siento, Samsung, pero ser líder tiene un precio.