Así sería el smartphone perfecto

1. Un diseño más Omnibalance que Apple

Es increíble que en pleno 2015 muchos fabricantes sigan mostrando el mismo extraño sentido de inferioridad frente a Apple que tenían hace cinco años. HTC, primer fabricante denunciado por Apple en 2010 por infringir sus patentes, ha vuelto a jugar su suerte en 2015 con su HTC One A9, un teléfono del que ha habido prácticamente unanimidad a la hora de condenarlo como la penúltima copia del iPhone 6. No es el único, ni el Mate S, ni el Galaxy S6 son teléfonos que difieren mucho de los productos de Apple.

En un ecosistema así solo algunas marcas, entre las que se encuentran LG, Motorola o Sony, crean teléfonos con identidad propia y que verdaderamente son una novedad en el mercado. Sony, pese a haber repetido su fórmula ad nauseam es quizá el que más se ha preocupado del diseño en cada lanzamiento y el que, a pesar de repetitivo, pocas veces ha defraudado con el aspecto de sus teléfonos. Es por esto que el teléfono perfecto tendría un diseño más parecido a la línea de diseño Omnibalance de Sony que a las innumerables copias de iPhone que abundan ahí fuera.

2. Una tabla de especificaciones útil, no llamativa

Estamos un poco hartos de las tablas de especificaciones que solo sirven como reclamos publicitarios. Durante los últimos años los fabricantes han competido por mostrar una serie de elementos en sus teléfonos que sirven para llamar la atención de sus compradores potenciales, en lugar de ser útiles para sus propietarios.

Hablo de resoluciones 4K, cámaras con altos números de megapíxeles, etc. No solo en términos de cifras sino en ocasiones algunas funciones presentadas por las marcas, como el Force Touch, que, pese a ser una gran innovación, apenas otorgan al usuario un beneficio real.

3. Una cámara más parecida a las de LG que a las de cualquier otro fabricante

Hay dos razones principales por las que la cámara del LG G4 todavía nos convence más que la de cualquier último lanzamiento: su extenso modo manual y su representación de color. LG ha conseguido hacer cámaras que verdaderamente hacen que quieras hacer fotos y pases horas en la aplicación.

No sabemos qué tendrá pensado el fabricante para la cámara de su próximo buque insignia, pero desde luego que si supera los resultados de la del G4 podría estar cerca de ser la cámara perfecta.

4. Android puro, por supuesto

Seamos sinceros, pocos fabricantes han conseguido hacer una interfaz satisfactoria. Algo preocupante teniendo en cuenta que estamos en 2015. Puede que Xperia UI o HTC Sense hayan conseguido avanzar en la dirección correcta, pero lo cierto es que nada supera el rendimiento y fluidez de interfaces poco manipuldas como OxygenOS, de OnePlus, o las de Motorola o BQ.

El software de fabricantes como Xiaomi, Meizu o Huawei siguen estando altamente retocados por el fabricante, no ofreciendo ni un mísero menú de aplicaciones. De nuevo, un guiño a Apple.

Hablando del software, una garantía de actualización de más de dos años sí que haría este smartphone perfecto.

5. La astucia de OnePlus

Construir el mejor smartphone del mundo no es el problema. El problema es introducir la mejor cámara, batería, pantalla y procesador y mantener el teléfono a un precio razonable. Ya hemos visto que pocos fabricantes, por no decir solo uno, consiguen ganar dinero con Android.

A veces es necesario no seguir las reglas establecidas por la industria para poder hacer smartphones que sean tanto potentes como asequibles. OnePlus ha demostrado ser un maestro en esto en varias ocasiones: la más conocida es su sistema de invitaciones, que pese a ser algo molesto para usuarios, conseguía mantener sus productos bajo un precio determinado; y este año ha demostrado solucionar el problema del rendimiento en un teléfono asequible instalando un chip de alta gama de hace año y medio en un teléfono de gama de entrada, dando como resultado un rendimiento superior al de cualquier competidor.

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