Con el 5G nuestra privacidad puede estar en riesgo (más de lo que ya lo está)
¿Alguna vez te has preguntado qué cambiará en términos de seguridad y privacidad con la llegada de la 5G? El número de dispositivos conectados crecerá considerablemente y los operadores tendrán en sus manos un gran poder: nuestros datos. Filip Chytrý, consultor de seguridad de la IO en ENISA y Director de Ventas Técnicas e Inteligencia de Amenazas en Avast, nos habló de ello.
¿Quién va a proteger nuestros datos?
La 5G no es sólo una red súper rápida (hasta 1.4Gbit/s de descarga) que nos permitirá disfrutar al máximo del contenido multimedia. Esto se traducirá en un aumento del número de dispositivos conectados y la consiguiente centralización de nuestros datos. Actualmente los operadores y servicios están diversificados lo que nos permite conectarnos utilizando diferentes sistemas diversificando el origen de nuestros datos.
Al conectar todos los dispositivos, desde el hogar hasta el automóvil, a una sola cuenta, los operadores pueden conocer todos los movimientos que realizamos. Cuanto más inteligentes se vuelvan nuestros hogares y hábitos, más fácil sera esbozar nuestro día para aquellos que tienen los datos. A qué hora nos levantamos, tomamos café, conducimos, viajamos a la oficina, escuchamos música y vemos películas o series de televisión por la noche.
Centralizar el poder en manos de unas pocas empresas es lo que debería preocupar a los consumidores. Una gran responsabilidad, la de nuestros datos que acabo en manos de unos pocos. Pero, ¿quién se hace esta pregunta tan importante? No está claro en este momento. Según Filip Chytrý, nadie se está ocupando de ello o está tratando de crear un proceso, una estructura de apoyo, no se ha decidido oficialmente nada al respecto y esto debería preocuparnos un poco.
Estados Unidos y Asia, por delante de Europa
Diversas regulaciones en los últimos años han llevado a una reducción de los costes de los servicios de telecomunicaciones para Internet, llamadas y SMS, pero, al mismo tiempo, han limitado su competitividad. Por lo tanto, en términos de tecnología e innovación, Europa está ralentizando el ritmo en comparación con países como los Estados Unidos y Asia, el dinero de que dispone la UE para invertir en la 5G simplemente no coincide con el de otros países.
No es fácil entender qué ocurrirá con los países que no sean capaces de mantenerse al día. Si la llegada tardía de 4G en algunos países no marcó su destino (en Ucrania la tecnología 4G llegó unos años más tarde que en el resto de Europa), con 5G las consecuencias podrían ser mucho más evidentes.
La diferencia de velocidad será enorme y las opciones de automatización parecen ser casi ilimitadas. Probablemente habrá grandes diferencias en términos de acceso al conocimiento, a la información y esto podría hacer que estos países no sean tan competitivos como los demás. Por el momento, sin embargo, se trata sólo de suposiciones.
En cualquier caso, llevará tiempo ver la generalización de la 5G; probablemente en 2020 seguirá siendo accesible sólo en las principales áreas metropolitanas. Mientras tanto, esperamos que las instituciones se preocupen por la cuestión de la seguridad y la privacidad, que, por el momento, no parece que se esté tratando adecuadamente.
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