Honor Band 3: los wereables no son tan malos

¿Por qué la elegí?

A primera vista, pensé que se adaptaría bien a mi muñeca. El principal problema con los smartwatches, en mi opinión, son sus dimensiones, demasiado grandes y engorrosas (por no hablar de que su inteligencia es demasiado limitada sin la ayuda de un smartphone). El Honor Band 3 no es así; con aproximadamente 18 gramos de peso, con el paso de los días casi me he olvidado de que lo llevo puesto.

Antes de ella, le había echado el ojo a la Xiaomi Mi Band 2 por la misma razón: pequeña (en comparación con pulseras de fitness como la TomTom Spark, por ejemplo), además de económica. El precio es el otro factor determinante. Ahora puedes hacerte con una Band 3 de Honor por solo 35.90 euros, en el lanzamiento costaba 69.

No practico deportes a nivel profesional, sino de tanto en tanto (me propongo ir a Body Combat tres veces a la semana y al final solo piso el gimnasio una vez). No estoy obsesionada con monitorizar los kilómetros que recorro, las calorías que consumo o el ritmo cardiaco. Pero sí siento curiosidad por este mundo de cifras siempre disponible. Esta es la razón por la cual las smartband han comenzado a llamar mi atención.

Fácil de colocar en la muñeca y de olvidar que la llevas

Para cerrar la correa de plástico simplemente basta con presionar sobre los dos pasadores que están enganchados de una manera práctica y segura. es sencillo. Perder la Honor Band 3 es imposible, el cierre es firme y la correa forma una sola pieza con la pantalla. Hay que colocarla ceñido a la muñeca para asegurarse de que controle bien las pulsaciones.

No me quité la Band 3 durante la noche para dejarle monitorizar mi sueño (y debo admitir que esta era una de las funciones que más me intrigaba) y prácticamente se me olvidó que la llevaba. Eso sí, habiendo seleccionado previamente el modo No molestar, que bloquea la llegada de notificaciones relacionadas con llamadas y mensajes, a la vez que evita que la pantalla se active cada vez que se mueve la muñeca.

También me hizo olvidarme de la Honor Band 3 en la muñeca su buena batería. Honor promete un mes de autonomía, pero al igual que sucede con los smartphones, todo depende del uso que se le dé y del número de notificaciones que se reciban. Puedo deciros que la puse a cargar por primera vez después de dos semanas de uso, y las notificaciones que recibí de WhatsApp, Facebook y Gmail no fueron pocas.

¿Por qué dos aplicaciones de administración en lugar de una?

Hay una cosa que me confundió al principio: el uso de dos aplicaciones de administración. Hay que instalar Huawei Wear para conectar el dispositivo portátil y administrar algunos elementos, pero es la aplicación Health la que muestra datos en detalle con estadísticas y programas de entrenamiento. ¿Por qué no hacer todo con una sola aplicación? Tranquilos, porque es sencillo: se accede a Health directamente desde Huawei Wear, pero creo que es un paso que podrían ahorrarnos.

Me parece que la aplicación Health está bien diseñada y es fácil de consultar. Encontraréis en la pantalla de inicio los pasos, la distancia recorrida y las calorías en la parte superior, para remitiros a ellas. Después están las diferentes secciones dedicadas al ejercicio físico (se puede  comenzar un entrenamiento eligiendo entre actividades tales como correr al aire libre, cinta, paseo y pedalear y crear un plan personalizado), monitoreo del sueño, peso y frecuencia cardíaca gracias al sensor de detección continuo (Honor usa la tecnología M4 Core y muestra en la app zonas de frecuencia cardíaca para mejorar los entrenamientos). De hecho, seréis vosotros los que decidiréis qué categorías mostrar en la pantalla accediendo al Administrador de fichas.

Notificaciones siempre a nuestro alcance

La Honor Band 3 consta de una pantalla alargada con la que se puede interactuar a través del botón circular integrado en la parte inferior. Simplemente hay que mover suavemente el dedo para pasar a la pantalla siguiente, rechazar una llamada entrante o posponer la alarma. Definitivamente cómodo, ¡especialmente con el despertador!

La pantalla es pequeña, no esperéis poder leer los mensajes de WhatsApp o los correos electrónicos íntegros. A menos que el texto sea particularmente corto. La pantalla aún así es cómoda porque muestra información útil para saber qué está sucediendo en el smartphone: se  puede ver el remitente o el grupo de WhatsApp, el asunto, el remitente o parte del correo electrónico recibido.

Además en la pantalla aparecen el número de pasos caminados, las pulsaciones y desde allí se puede comenzar el seguimiento al correr o nadar. La Honor Band 3 no lleva integrado el GPS, pero si tenéis un smartphone Huawei / Honor con EMUi 5.0 o posterior, podéis usar el del smartphone. Entre las notificaciones entrantes también está la que muestra a un hombrecito en movimiento: ¡significa que ha llegado el momento de abandonar la silla o el sofá y movernos un poco! ¡Arriba, perezosos!

El monitoreo del sueño me despierta algunas dudas...

Como ya os he comentado, me apetecía particularmente probar TruSleep para controlar el sueño. La smartband permite realizar un seguimiento del sueño ligero, profundo y REM y también indica cuántas veces nos hemos despertado durante la noche. Y este aspecto es justo el que me pareció poco preciso: varias veces los datos mostraron que había dormido sin interrupciones cuando, en realidad, me había despertado e incluso levantado de la cama.

Con esta duda, le pedí prestada su Fitbit Ionic Adidas Edition a un colega por una noche, y me fui a dormir con los dos wearables en la muñeca. Dormir perfectamente a la vez que llevaba estos dos dispositivos la verdad es que fue complicado porque el Fitbit es bastante engorroso.

De todos modos, me sacrifiqué por la causa y a la mañana siguiente miré los datos: la Honor SmartBand marcaba solo un despertar y la Fitbit 4. Además la aplicación de Fitbit también ofrece más detalles que especifican el período total de despertares. No pretendo comparar los dos dispositivos porque pertenecen a dos rangos de precios completamente diferentes, solo quiero decir que la Honor Band 3 puede proporcionar una buena visión general, pero no información detallada. Tal vez esos despertares no registrados se deban a que no llevaba lo suficientemente apretada la correa... aunque no creo que ese sea el problema.

¿La tomamos o la dejamos?

La tomamos, sin duda. Especialmente ahora que se ofrece a un precio muy interesante. He decidido dejármela puesta en la muñeca: la Honor Band 3 me ha convencido. No estoy buscando un smartphone ni un wearable capaz de controlar en profundidad mi actividad física (limitada). Y no se me pasa por la cabeza por el momento gastar más de 100 euros en una smartband.

¿Os la recomiendo? Lo dejo a vuestra elección. Sí, si estáis buscando un dispositivo barato y la actividad física que os gustaría monitorizar se limita a correr, caminar, andar en bicicleta o nadar. No, si sois más de yoga o actividades similares en las que no hay movimientos regulares y continuos. Os la recomiendo incluso si, como yo, sois nuevos con este tipo de dispositivos, y simplemente quieres llevar un control sobre las pulsaciones, las horas de sueño y los pasos que dais. En general, para ser la primera vez, ¡diría que todo salió bien!

¿Usáis alguna smartband o smartwatch? ¿Qué no debería faltar en este tipo de dispositivo en vuestra opinión?