Mi experiencia con el Samsung Galaxy S6 Edge

Lo primero que os encontraréis al comprar el terminal es la caja. Sí, en serio, viene metido en una caja. Lo mismo alguno antes que la caja veréis papel de regalo (si es así, presentadme a la persona que os lo ha dado, me gustaría pedirle matrimonio). 

Buscando la textura tirita... o no

El Galaxy S5 pasó a los anales de la historia por ser el primer smartphone que podías llevar en el bolsillo o en un botiquín, gracias a su resistencia al agua (y a la sangre, supongo) y su textura de tirita que te podía salvar de alguna que otra herida. 

Con el Galaxy S6 Edge esto ha desaparecido, ni resistencia al agua ni textura de tirita. De hecho, ni siquiera es de plástico, ahora es de cristal por delante y por detrás, con bordes de aluminio. Tras enviar al diseñador del terminal predecesor a diseñar tiritas infantiles, el actual aceptó el puesto con miedo a sufrir un cambio de destino si la fastidiaba con el S6, así que no escatimó pasta y contrató a Quentin Tarantino para diseñar los bordes laterales del S6 Edge. Con dichos bordes no hay problema alguno para cercenar extremidades o cortar jamón. En líneas generales es muy suave, como cristal que es, hasta el punto de caer en la tentación de darle un lametón canino. Es broma, jamás lamería un móvil de 850€... le froté la nariz a lo esquimal style, soy un rebelde. 

Llama la atención la sensación de ser más estrecho de lo que es, y esto lo he comprobado al sujetar en una mano este S6 Edge y en la otra mi Z2. Muy similares a la vista en cuanto a anchura, pero muy distinto en las manos. ¿Se trata de un smartphone que se puede apretar como una esponja y de ahí esa sensación? No, es muy sólido gracias a sus materiales, pero ergonómicamente está muy trabajado. 

Una botonera muy facilona

A todo ser viviente le gusta tocar los botoncitos de cualquier aparato, y menos mal que en nuestras casas no hay un botón rojo de destrucción de decoración, sino esos recuerdos del todo a 1€ hubieran pasado a la historia a los 5 minutos de entrar en nuestros hogares.

Centrando nuestra atención en los botones del Galaxy S6 Edge, voy a estrechar el cerco y mirar los botones de bloqueo y los de volumen (sí, están separados, algún desacuerdo matrimonial o algo). Quiero centrarme en lo facilones que son, apenas hay que hacer esfuerzo para presionarlos, y puede ser un problema si lo agarras por los laterales al guardarlo en el bolsillo. ¿Cuántas llamadas se ha producido involuntariamente por la mezcla de volver a encenderse la pantalla y que ésta reaccione a nuestras piernas? ¿Cuántos matrimonios se han roto por esta causa? Pues ni idea, pero os recomiendo que no pongáis los dedos sobre estas teclas si no las vais a usar, vuestros contactos os lo agradecerán. 

AKETEMIRO! 

Es una expresión japonesa que significa "pantalla". O bueno, lo mismo no, pero seguro se lo coláis a alguien para impresionarle. 

Se trata del elemento que más usamos en un smartphone que no esté destinado a agredir a otras personas. La pantalla es el elemento más importante para los que quieren sentir una sensación celestial al ver sus fotos y vídeos de caídas graciosas. Os voy a ser sincero y os diré que la única pantalla AMOLED que vi con frecuencia aparte de la de este S6 Edge es la del HTC One S, pero no pude compararlas porque está en estado de coma. Aún así, echando mano de mis recuerdos, puedo decir que Samsung se lo ha currado. Sus blancos no azulean (han bajado drásticamente la dosis de viagra), aunque quizás amarillea un pelín si lo comparo con el LG G2, pero no se notará si no los ponéis juntos. 

Su tacto era muy suave, como rozar la mano con el cristal de una ventana nueva sólo para fastidiar y se te queden las huellas para la eternidad (¡ese cristal puede valer una fortuna si te haces famoso!), aunque en el S6 Edge eso de que se queden las huellas no pasa, tampoco en la trasera. Quizás se ensucie un pelín, pero pasarle un trapo de esos de limpiar las gafas y queda nueva. Pero no se os ocurra meter la mano en mantequilla y luego poneros a sobar el terminal, es una marranada. 

Voy a contaros dos curiosidades que he notado en comparación con mi Xperia Z2. La primera de ellas es que si golpeáis con la uña la pantalla del S6 notaréis que es cristal macizo, mientras que en el Xperia Z2 suena como si estuviera hueco por dentro y lo notas más plasticoso.

La segunda curiosidad es que, aunque no tan bien como mi Z2, responde al tacto de un boli gastado o una moneda (por si alguien es lo bastante deshigiénico como para no lavarse las manos llenas de grasa mantequillil antes de tocar el móvil). Probadlo, pero no hace falta apretar, sed delicados, que cuesta un dinero. 

Touchwiz, necesitas curro todavía  

Sí, Samsung hizo hincapié en que habían quitado roña entre opciones de ajustes y bloatware, le han lavado un poco la cara, lo han adaptado a Material Design, y se lo han endosado a su nuevo flagship. Ya, ya, más fluido y todo el rollo, pero no se lo achaco a que hayan quitado porquería, aún así, su fluidez no es completa. El principal problema está en esa pantalla de inicio que tiene el widget de Flipboard grabado a fuego, creo que lastra la experiencia de usuario. Mi consejo es que vayáis a la gestión de pantallas de inicio y lo quitéis, aunque os perderéis alguna noticia curiosa, pero hay lectores de feeds que funcionarán mejor en Google Play. 

También me encontré con algún lag puntual, y la sensación de que cuando cambias de app desde las apps recientes tarda en reaccionar. ¿Rebeldía? ¿Vagancia? Sea lo que sea, queridos amigos de Samsung, hay que trabajar en eliminar esos lags puntuales. ¡Ah! Y por Chrome (la versión geek de Crom, el dios mil veces mencionado por Conan), poned temas un poco menos ñoños, que me da vergüenza ir a la tienda de Samsung y ver temas de ositos, niñas con coletas e iconos infantiles, que vuestros compradores seguramente ya tengan edad como para meter dichos iconos en su escritorio. Por cosas así hay gente que no liga ni a tiros, no digo más. 

Alto y nítido, pero plano, así suena

Una de las cosas a las que presto más atención es al sonido, y el título lo resume perfectamente. Suena fuerte (aunque no puse nunca el volumen a tope, aprecio mis tímpanos), suena nítido, pero parece que hay algunas frecuencias que no nos deja oír, lo cual quita profundidad al sonido, en especial si estás jugando, o quizás con alguna canción puntual (espero que no seáis de los que pone la música por el altavoz del móvil en plena calle atestada de gente. Eso es muy cruel). 

Puede que encontréis un apartado para que el sonido se adapte a vuestros oídos, pero únicamente se refiere al sonido por auriculares. Aprovecho para mencionar que el sonido en este sentido deja de ser plano, y con los ajustes personalizados para vuestros oídos es hasta bueno. Eso sí, los auriculares que trae el móvil, a mí por lo menos, se me caen hasta sin moverme, son raros. 

¡Pero yo quiero hacer fotos!  

En este apartado hay que dar la enhorabuena a Samsung, se lo ha currado cosa fina. Ha colocado un muy buen sensor y un software de procesado que, aunque pesado (aumenta bastante el espacio que ocupa una foto en comparación, por ejemplo, con mi Z2), es muy eficaz. Rango dinámico muy pasable sin HDR, con él es sobresaliente; capta mucho detalle a cualquier distancia y consigue captar también bastante luz en escenas oscuras. 

Su enfoque de seguimiento está muy bien, pero rara vez lo vais a usar si no hacéis fotos a objetos en movimiento continuo u os ponéis a hacer el moñas con la mano para ver cómo el cuadradito se mueve siguiendo a vuestra mano. No es el primer smartphone que trae esta función, pero funciona muy bien. 

Como punto adicional, si queréis hacer una foto rápidamente, pero tenéis la pantalla apagada, pulsando dos veces el botón 'Home', la aplicación de cámara se abre a toda pastilla para inmortalizar el leñazo que se ha pegado tu vecino o como el de la mesa de al lado se está poniendo barrilete a golpe de chuletones. 

Para ver varias fotos tomadas con el S6 Edge, os invito a visitar mi perfil de Google+. 

¿Y la curva? ¿No vas a hablar de ella?  

Vale, venga, sí. Las funciones que tiene no voy a mencionarlas porque hay artículos que las explican a la perfección, pero os diré que, si se da el caso de tener que usarla para llamar rápidamente, o enviar un SMS (¿todavía se usan?) o un e-mail, no vais a tener problemas. Lo más útil es el reloj de noche, os evita tener que encender la pantalla cuando os despertáis en plena madrugada. No he dado uso para nada más a la curva, excepto cuando buscaba inspiración para escribir cosas a mi estilo, tocaba mucho esa zona de la pantalla. Sin duda le dio un punto de romanticismo a la aventura que tuve con el terminal. 

¡Yo soy un gamer! 

Para todos los que seáis unos viciadillos y al mismo tiempo seáis un poco tiquismiquis, tendréis una de cal y otra de arena. En primer lugar, le he dado caña a Order and Chaos y a Asphalt 8 de formas casi enfermizas, y el rendimiento en todo momento ha sido perfecto, sin lag a pesar de la resolución de pantalla. Se ha portado de maravilla, y le hubiera dado galletitas como premio, pero los smartphones no tienen boca, así que le premié con una caricia a su parte trasera.

Ahora el problema tiene algo que ver con la resolución, pero no es culpa de Samsung para nada, sino de los propios juegos, los cuales en su mayoría no están preparados para resoluciones 2K, lo cual provoca que la imagen se reescale y estire algunas texturas. El efecto que provoca en algunos juegos es que los objetos tienen un halo a su alrededor. Así me encontré al jugar al Order and Chaos, aunque este efecto en el Asphalt 8 no existía. 

Otra cosa antes de que se me olvide, mucho ojo con dónde ponéis las manos, sobre todo la que esté cerca del altavoz, que se obtura con muchísima facilidad y os deja sin sonido. Lo bueno es que podéis hacer algún remix usando el sonido que sale por el altavoz y jugando con la frecuencia de tapado y destapado del altavoz. Si alguien se hace rico gracias a esta idea, me pido el 15% de los beneficios. 

¿Dónde vas con esa batería?  

No tan rápido amigos. Es cierto que la batería parece muy escasa viendo el tamaño y resolución de la pantalla, pero la realidad es que puede aguantar el día con un uso moderado (lo que quiere decir que nada de juegos pesados durante más de media hora en total), pero no esperéis que destaque respecto a sus competidores, porque no va a ser así. 

Además deberéis valorar el hecho de que la batería no es extraíble.

¿Ha perdido Samsung su identidad?  

Sin duda, Samsung ha cambiado mucho desde su S5, ha añadido cosas y eliminado otras. Ha añadido materiales duros (cristal y metal) y ha eliminado el slot para tarjetas microSD y la posibilidad de extraer la batería. Parece que va a contracorriente si nos fijamos que otros justamente han apostado por añadir estos elementos. ¿Está Samsung haciendo un guiño picaresco a Apple? ¿Es un símbolo de paz entre estas compañías? ¿Nacerá un iPhone 7 Edge como producto de su amor? 

Antes de despedirme de todos vosotros, quiero dar el dato más importante de todo el artículo: durante todas las noches que he pasado en posesión de este terminal, antes de acostarme, le cantaba una nana que decía así: "duérmete Samsung, duérmete ya, que viene Apple y te morderá" (la melodía dejo que la pongáis vosotros).

¿Qué opináis vosotros, merece la pena gastarse 850€ en este bicho? ¿Debería sacar un disco con las mejores nanas que haya compuesto? ¿Habrá centros mentales preparados para pacientes irrecuperables?